La Solidaridad Social te salve, María. Llena eres de desgracia. El Señor no está contigo; los señores, tampoco.
Maldita tú eres entre todas la mujeres y maldito es el fruto de tu vientre.
Yo te bendigo y bendigo a tu hijo.
Nunca reces, María, una oración que diga tonterías sin ton ni son.
Santa María, madre de la vida, hermana del placer y del dolor, hija de tus padres, olvido de Dios.
Pasa de nosotros, machistas recalcitrantes, ahora
y en la hora de nuestra existencia. Amén.
Poemas para los demás, Ángel Guinda (Olifante). En este libro el poeta abre con un autorretrato y cierra con un breve excurso hasta el lugar donde descansará de la muerte, en Trasmoz. También ensaya variaciones laicas a oraciones. Y su mundo (im)propio.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario